domingo, 14 de septiembre de 2014

Cuba ... Un sueño cumplido



El deseo de visitar cuba nació hace muchos años. Fidel aún estaba como presidente, y yo quería caminar esas calles, escuchar ese acento, conocer esas personas.
Tuve que esperar varios años, y así como llegan las cosas a nuestras vidas, inesperadamente, llego la idea y la oportunidad de viajar finalmente.
El plan era descansar del frío, las calles, el humo y el estrés de la vida en Bogotá, y entre descanso y ron visitar la habana y por supuesto la plaza de la revolución.
Lo mejor, era un plan todo incluido, donde no tuviéramos que pagar nada por aparte ni correr riesgos.
La empresa en Colombia, "los tiquetes mas baratos.com" , la empresa en cuba, "Cuba tour". El resultado, todo perfecto. Recomendadas ambas (aclaro no me pagan por la promoción hehe).
El viaje hacia cuba tenia una escala en El Salvador. Yo no podia estar más contenta, pues una de mis mejores amigas es Salvadoreña, y me ha hecho vivir su cultura desde la distancia. Estaba ENCANTADA.  Sentía el acento y las palabras que usaban mis amigos salvadoreños en Colombia, miraba la tv en el aeropuerto, recorría los sitios de artesanías, hasta compre un sombrero, que sería mi compañero por el resto del viaje. Cabe aclarar que mi compañera de viaje no pudo ser mejor. Mi madre y amiga estuvo conmigo en toda esta "aventura" programada.




Una vez llegamos a la habana, hicimos nuestro ingreso, tomando fotos con pequeñas cámaras Web en inmigración, y mostrando una tarjeta de turista, que fue comprada en dólares, en el aeropuerto del Salvador. Éste documento es la visa para entrar a cuba.
Afuera nos esperaba una representante de "cuba Tour", uniformada y amable. Luego un taxi. Carro nuevo, con aire acondicionado, y un amable conductor.
Una vez cambiamos nuestros euros (no llevamos dólares para evitar un cobro extra de 10% que se hace a esta divisa allá), nos embarcamos hacia varadero, donde estaba nuestro hotel.
El viaje fue agradable. El conductor nos contaba de la vida en cuba, su hija y su esposa. En que consistía su trabajo, y algunas cosas del paisaje, como la antigua fabrica de havana club, que era de los Bacardí y que se fueron una vez explotara la revolución. Se fueron con el nombre, por cierto.




Una vez llegamos al hotel, nos recibió un moreno hermoso, de 20 años, (iba a cumplirlos el proximo martes), llamado Bryan. Tan pronto nos pregunto de donde éramos, sus palabras fueron (con acento tratando de ser colombiano) "los colombianos son berracossss". A mi mamá y a mi nos dio risa.

Nuestra habitación estaba ubicada en lo que llamaban Bungalow, pequeños edificios de dos pisos, con 4 habitaciones mas o menos por piso. Quedaba lejos de la recepción, y no acatamos pedir un botones. Con el cansancio y dos maletas, logramos llegar.





Una cama king size fue lo mejor de ese momento, felices y cansadas tomamos un pequeño break.
Estábamos encantadas, de los pasillos llenos de verde, flores. Paseos por 4 piscinas, bars, gente bronceándose, etc.


Nuestra siguiente tarea... COMERRRR!!!!


Caminamos de vuelta al edificio principal, donde nos recibía un bufet completo, delicioso, tentador, con todo tipo de comida y una mesa exclusiva de postres.


Siempre alrededor, dos o tres idiomas diferentes al español, termino por acostumbrar nuestros odios.
Luego de comer, debíamos ver las playas, a 5 minutos del lobby. Ya era la hora del atardecer, y por supuesto, tenía que verlo (amo los atardeceres).



Nos recibió una arena cálida, suave y relajante. Un mar claro y algo picado, muchas sombrillas de paja y varias sillas para descansar. Se veía deliciosa. El atardecer fue lindo.

Ese día jugaba nuestra selección Colombia... buscamos desesperadas por información donde verlo. Regresamos al cuarto y gracias a Dios, encontramos un canal que lo transmitía. El cansancio y el juego no tan limpio de lado y lado nos venció y terminamos por dormirnos antes de que terminara.

Al otro día despertamos en el paraíso, dispuestas a pasar un buen rato en la playa. Así lo hicimos, después de desayunar y contratar un tour a la habana que se llevaría a cabo el domingo. Luego ese día fue cambiado por falta de personas, y se hizo el lunes.



Ese día conocimos a Kenya, una cubana que limpiaba nuestro cuarto y le encantaba Colombia, en especial sus novelas. Ya varios cubanos nos habían dicho que estaban viendo "Helenita Vargas la ronca de oro" y era definitivamente su novela favorita. Kenya le gustaba la música, tenía una sonrisa amplia y una energía maravillosa.

También conocimos a Yaneysi y Juan, encargados de la seguridad, quienes tenían el turno de la noche, en la playa. Hablamos por horas, sobre cuba, y principalmente internet en la isla.
A Yaneysi le molestaba enormemente que en los canales cubano dijeran "escríbenos un e-mail a ..." sabiendo que a sus ojos nadie tenia computador ni internet en la casa. Ella consideraba que el atraso tecnológico era terrible. Sin embargo era enfática en lo bueno que tenia la isla y su regimen.
Conocimos que el porte de marihuana se penalizaba con mas de 20 años de cárcel, al igual que matar una vaca, claro esta, a no ser que sea autorizado y sea para el consumo.
Es un lugar sin corridas de toros, donde 1 de 4 familias tienen perro, y les encanta cuidar sus animales y su riqueza ambiental.

Al otro día, regresamos a la habana, en un tour que compramos con CubaTour. Éste incluía almuerzo y traslados, además de guía.




Con el guía se conoce bastante de la historia y la forma de vida de los cubanos. Visitamos una tienda de tabaco, el museo del ron, el centro de la ciudad, las calles de la habana, un hermoso restaurante, el hotel nacional de cuba donde nos dieron el mejor de los mojitos y por supuesto la plaza de la revolución.













Este fue el punto que mas disfrute a pesar de las restricciones de tiempo del tour, lo que me hizo pensar cuando regrese ir por mi cuenta en la habana y tomarme el tiempo que desee en los lugares que más me llamen la atención.






















La habana es un viaje en el tiempo. Sus construcciones coloniales, estilo francés, griego, italiano, al compás de carros de los 50 paseando, te hace sentir como en una película de época,






De regreso al hotel, 2:40 minutos de viaje, descansamos y encontramos grupos musicales en el hotel. Fue la despedida perfecta al son de dos violines y una guitarra, con un vocalista que le llamamos Louis Armstrong por su voz grave y seductora y algunos aficionados turcos que cantaron canciones en español como la bamba.










Al regresar, pensamos, debemos volver. Debemos pasar más tiempo en este paraíso, descansar del internet que tanta falta nos hace pero que tanto nos esclaviza. Debemos caminar más la habana y el malecón, y si es posible, dormir allí una noche al menos. Debemos visitar la Bodeguita del medio, y el museo de la revolución. Debemos ver el show tropicana.
Debemos volver por que a cuba no se descubre en 5 días, ni en 20 años. Cómo decían en la guía que compre en el aeropuerto, ese es el encanto de cuba. No poderla decifrar.

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