martes, 22 de enero de 2008

Colombia, país de odios, encrucijadas y pocas salidas.

Aunque no es fácil referirse a un tema tan espinoso, difícil, doloroso e importante, también es cierto que la catarsis escrita es una buena posibilidad para los colombianos que nos afectan lo que pasa día a día en nuestro dolido país.
En nuestro país existen diferentes grupos, armados y no armados, violentos y no violentos, de derecha e izquierda, con una cantidad de variantes y matices que deja boquiabierto a cualquier sociólogo en sus cabales.
Si bien nuestro país como muchos en el mundo, y especialmente en Latinoamérica, se cometen las más grandes injusticias sociales, se ven las peores desigualdades, y falta de oportunidades, también es cierto que lo más pobres están casi siempre entre la espada y la pared.
Así veo mi país, con el riesgo de molestar algunos, de falta el “respeto” a otros, y de no inmutar a la mayoría… pero así lo veo.
Veo un país, comandado por un presidente sucio, al servicio de las mafias, con una lengua capaz de engañar al más vivo, y de enredar al más iluso.
Veo unos paramilitares, con nombres diferentes (neo paramilitares, águilas negras), pagando unas penas irrisorias, y “reparando” familias con sus terribles testimonios, y sus abundantes pero no siempre bien contabilizados bienes. Con políticos que pagan más tiempo de retención que los mismos comandantes paramilitares en las cárceles, que tuvieron y tienen su cuarto de hora en un gobierno políticamente allegado, y que siempre van a ver en la izquierda la posibilidad de perder sus bienes conseguidos con la sangre y el dolor de las familias colombianas.
Veo una guerrilla con su verdad a medias, con errores terribles, con problemas y falencias, y con una tenacidad, aguante, paciencia y resistencia que no se ve reducir asi pasen los días, los años, las décadas… el tiempo, los gobiernos, el dolor, la desigualdad. No se derrota militarmente… ni con Uribe, ni con Vargas, ni con Bush. Simplemente se mantiene, se fortalece, pelea, secuestra, extorsiona, se enriquece, etc.… para qué? No importa… igual hacen todo sin importar los medios. Por qué es para un colectivo revolucionario? Eso no es razón suficiente. Por qué es para la revolución? Tampoco es suficiente. Si mi victoria la construyo encima de la desgracia, el dolor y la tristeza de las personas, mi victoria vale menos que nada. No se puede, tener una lucha revolucionaria que tiene como centro el hombre, y atentar contra el criminalmente, como bien lo dijo Consuelo Gonzales.
Se preguntaran por que cito a las dos liberadas. Si bien, pueden tener posiciones políticas diferentes, liberales, de centro o como quieran llamarlas, pudieron vivir con la guerrilla que se dice ser de izquierda, revolucionaria, de oposición armada, y ver de cerca las grandes necesidades de esa Colombia que pocos conocemos; pudieron vivir las incomodidades de miles de personas en el campo, en la selva, no solo guerrilleros, sino campesinos, desplazados, etc. Ellas, con el dolor de la separación, pudieron ver esa Colombia que no se ve en RCN. Esa Colombia que no se oye, que no se siente, que no se sufre en las ciudades. Ellas, que soportaron un secuestro por tanto tiempo, puede saber si efectivamente esos guerrilleros son los monstruos que pintan en televisión. Ellas que vivieron con ellos situaciones adversas saben de lo que hablan. Por eso, y por muchas cosas más, se puede tener en cuenta lo que han dicho, reflexionar y saber que si las personas luchan por la libertad de los demás, se les debe respetar, ayudar y sobretodo impulsar… nunca obstaculizar.
Es por eso que admiro a Piedad Córdoba, por su constancia, tenacidad, y sobre todo valor en no temer decir lo que piensa. Ella cree en la igualdad, cree en la izquierda latinoamericana, cree en el proyecto bolivariano venezolano y cree, como creen muchos en el presidente Chávez (de lo contrario no sería aún presidente). Y si ella cree en todo eso, y desde su vida y perspectiva ayuda a liberar a todos aquellos civiles privados de la libertad, civiles extorsionados, militares retenidos en el conflicto y en general todos los colombianos en las selvas en contra de su voluntad, bienvenida sea. Adelante… y con fuerza.
También me da risa el falso nacionalismo que vive mi país frente a Venezuela, o mejor, frente a Chávez. Yo, a diferencia de muchos, no me siento ofendida. Si él dice que Uribe es un fascista,… no está mintiendo. Que no es de fiar,… tampoco miente. Que no quiere la paz,… no lo ha mostrado lo contrario. Que no permite caminos hacia la paz, … lo mismo, es lo que vemos. Que debería ser en vez de presidente de Colombia, un presidente de la mafia… ya lo es. Y que no es digno de ser presidente de los colombianos, ni que hablar. Ahora… que por que lo dice. Eso ya es otra historia. Yo, prefiero callar en ocasiones, pero si él no lo ve conveniente, es su forma de afrontar sus problemas con los vecinos. El es un buen presidente, un presidente con corazón como lo dijo la madre de Ingrid Betancourt, y es el único que a pesar de no ser un “paseo” agradable, se ha metido de pies y cabeza en un problema que tiene como suyo, y que sabe de su gravedad por que están involucradas vidas humanas.
La gente escucha lo que quiere escuchar. Que Chávez dijo esto… pero no dicen que mas dijo, en qué contexto, porque lo dijo o en respuesta a que. Es cierto, en parte, Chávez tiene la culpa, pues cuando algo se repite se pierde el sentido. El que mucho habla, mucho erra… y a veces dice más el silencio que millones de gritos. Pero por lo menos, se escuchan verdades. Eso ya es una ventaja.
Si Chávez dice que se les quite el apelativo de terroristas, todos cierran sus oídos y se rasgan las vestiduras. Luego él dice que es una forma de entrar a la posibilidad de una negociación, de un gobierno legítimo, con un grupo insurgente de carácter beligerante. Es un primer paso. Es mejor que un gobierno se siente con delincuentes comunes… pero no. La gente no escucha, no piensa, no ve más allá. Obvio que son terroristas. Pero la pregunta es… el hecho que los llamemos terroristas hará que regresen a casa todos los secuestrados? Es que aquí lo importante es la vida, no son los apelativos, ni el lugar, ni la mesa de negociación, ni florida, ni pradera, ni el color de la bandera. Es la vida, que se pierde, se apaga, se diluye en las selvas colombianas.
Pero no… por que el que pelea es Chávez y no Uribe. Si aquí no importa el milagro sino el santo. Día a Día nos someten a embargos económicos, exigencias arancelarias, inclusiones culturales y tratados desiguales… y la gente no hace nada. Al contrario, se enorgullecen de ser el principal aliado de un gobierno terrorista como USA, y no se rasgan las vestiduras, cuando dicen en tono paternal y ofensivo “no están haciendo esfuerzos suficientes”. Pero como el que lo dice es Chávez, ahí sí, Colombia es una sola… que ironía para lo que se une la gente en este país. Para callar al justo, para callar la verdad y para cerrar los ojos a la realidad.
Pero bien, después de todo este descargo de opiniones, razones, apreciaciones y demás, que a muchos pueden molestar, solo quiero invitar a un sano debate, pues de odio está lleno el país, y poco o nada queda ya para disparar al que piensa diferente.

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